CUANDO SE TRABA AL HABLAR
Pueden existir diversas dificultades tanto en el habla como en el lenguaje. Antes que nada, debemos hacer una discusión entre trastornos del lenguaje y trastornos del habla.
Hablar nos parece algo tan natural que parece muy sencillo. Hasta que nos toca enfrentarnos a un hijo que presenta retos a la hora de hacerlo. La psicóloga Cecilia Bautista, terapeuta de lenguaje de la Clínica Chacarilla, nos explica: “Los trastornos del lenguaje implican una alteración de los aspectos simbólicos del lenguaje, estando afectados la comprensión y la expresión verbal (la gramática, el vocabulario, entre otros). Mientras que los trastornos del habla no implican alteración del significado sino solo de los sonidos; es decir, está afectada la fonación o la articulación”.
Hay que reconocer que las discapacidades en el habla se refieren a problemas con la producción de sonidos, mientras que los problemas con el aprendizaje del lenguaje son las dificultades al combinar las palabras para expresar ideas.
DIFICULTAD PARA DECIR LAS COSAS
Entre los trastornos del habla más frecuentes en los niños tenemos los desvíos fonéticos, que son fallas en la articulación de fonemas que el niño a una determinada edad debería producir correctamente.
Por otro lado se encuentra la disfemia o tartamudez, que es una alteración en la fluidez y el ritmo en el habla. También tenemos la disfonía, que es una alteración de la voz por un uso incorrecto del aparato fonador, por lo que el niño manifiesta una voz ronca, con un tono desigual o con muy poca intensidad.
Por su parte, dentro de los trastornos del lenguaje más frecuentes tenemos:
El retraso simple del lenguaje, que viene a ser un desfase cronológico de todos los aspectos del lenguaje: fonético, léxico-semántico y morfosintáctico, en niños que no presentan alteraciones mentales, perceptivas, motoras o afectivas. El niño habla muy poco o su primera frase no aparece sino hasta después de los 3 años.
Por otro lado, tenemos el trastorno específico del desarrollo del lenguaje (TEL), que es una dificultad en el lenguaje que no está causada por ningún déficit evidente a nivel neurológico, sensorial, intelectual o emocional, pero que afecta el desarrollo del vocabulario, la gramática y las habilidades conversacionales.
A su vez existen trastornos asociados a deficiencias intelectuales, a trastornos del espectro autista, déficit auditivo, lesiones neurológicas o demencias, entre otros.
DETECTAR TEMPRANO ES IMPORTANTE
Realizar un diagnóstico temprano y correcto llega a ser muy importante para poder reducir los problemas ya existentes y prevenir un recrudecimiento. Asimismo, esto ayuda a que el paciente pueda, por medio de un tratamiento adecuado, expresar correctamente y de forma libre su mundo interior, mejorar su automodulación de conductas y tener una mejor percepción del mundo mediante la organización del pensamiento.
El no poder hablar bien o comunicarse correctamente influye mucho en la personalidad y autoestima de cualquier niño. El lenguaje es una de las principales vías de expresión de ideas, sentimientos, opiniones, entre otros. Es el mejor medio para para comunicarnos con los demás. Por ende, la falta de ello, o el retraso en esa etapa inicial, interviene de manera fundamental en el desarrollo psicológico futuro de toda persona.
Es importante saber también que en muchos casos un problema de este tipo puede confundirse con un problema neurológico y viceversa. Por tanto, es preciso que ante la primera sospecha se lleve al niño con un personal capaz de evaluarlo correctamente. La tarea del especialista será evaluar mediante exámenes si el lenguaje del niño corresponde con su edad cronológica y determinará la existencia de algún problema, por lo cual será necesario realizar un interrogatorio completo acerca de todos los ámbitos de la vida del niño.
TERAPIA DE LENGUAJE
La doctora Bautista nos explica qué es una terapia de lenguaje: “Consiste en la intervención especializada dirigida a niños, jóvenes y adultos, cuyo objetivo primordial es corregir problemas en el habla o dificultades en el uso del lenguaje, establecer o restablecer la comunicación lingüística alterada o no desarrollada, atendiendo al paciente en forma personalizada e integrando todos los aspectos del desarrollo del habla y del lenguaje, incluyendo al lenguaje en sus cuatro componentes: fonético-fonológico, morfosintáctico, semántico y pragmático, además de la articulación, respiración, voz y fluidez. Otros aspectos del tratamiento pueden incluir habilidades oromotoras y de deglución. La de las características y necesidades específicas del paciente”.
Un buen terapeuta del lenguaje de encarga de detectar, evaluar, intervenir e investigar los trastornos del lenguaje (oral y escrito), habla, voz comunicación y disfagia, tanto en niños como en adolescentes, adultos y adultos mayores.
Una terapia de lenguaje es un tratamiento para corregir problemas en el habla o dificultades de aprendizaje y uso del lenguaje. Por lo general, los niños son los pacientes con mayor incidencia, debido a que es en la edad temprana cuando el lenguaje se aprende y desarrolla. Pero no es un trastorno solo exclusivo de los más pequeños, también se atiende a todas aquellas personas que poseen trastornos del lenguaje, habla y comunicación, como son quienes han perdido su lenguaje luego de sufrir un accidente cerebral vascular o un accidente automovilístico, por ejemplo.
Generalmente se requiere de dos sesiones por semana que disminuirán o se mantendrán dependiendo del progreso logrado y del problema del paciente. Pero eso depende siempre del terapeuta y caso clínico del paciente. La terapia se realiza por medio de juegos, cuentos o interacciones que son del interés del niño y sobre la base de sus experiencias. Es también importante que en la mayoría de los casos estas terapias del habla y del lenguaje sean acompañadas de terapias psicológicas.
Es muy importante también que las terapias sean seguidas en la escuela con ejercicios de lenguaje y mucha motivación que refuerce su autoestima, sobre todo.